El Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe fue un hervidero de debates, propuestas, ideas y sobre todo de colaboración en el que más de 1600 mujeres feministas de América Latina y países aliados aportaron sus experiencias y sus reflexiones para construir una agenda de trabajo conjunta para los próximos tres años. Cinco intensos días, que culminaron en la manifestación del 25 de noviembre en San Salvador.

        

Hubo 12 asambleas sobre temáticas diversas que incluyeron las perspectivas del ecofeminismo, de identidades diversas, del feminismo decolonial y racializado, entre otras, y de las que salieron propuestas muy interesantes que después fueron revalidadas en una plenaria conjunta. Consulta aquí el posicionamiento.

Desde Agareso participamos en la asamblea de Retrocesos Democráticos junto a otras 300 mujeres. Guatemaltecas, argentinas, paraguayas, salvadoreñas… muy preocupadas por la deriva autoritaria que se ha generado en el continente americano, pero también atentas a lo que sucede en Europa. A pesar de las grandes diferencias de contexto que puede haber entre Países Bajos, España, Alemania y los países latinoamericanos presentes en el encuentro, la conclusión más clara que se puede sacar de todas las experiencias relatadas es que la ultraderecha y sus estructuras de poder comparten objetivos a nivel trasnacional y que las estrategias se repiten de unos lugares a otros, aprovechando siempre problemáticas sociales reales o generadas exprofeso y amplificadas mediáticamente, para posicionarse con discursos radicales en contra de mujeres, personas lgtbiq+ y minorías étnicas. Que las problemáticas sociales no tengan nada que ver con estos colectivos no importa porque en su estrategia internacional está generar discurso de odio contra ellos y acabar con los derechos adquiridos.

¿Y qué puede hacer el movimiento feminista internacional para combatir la deslegitimización de la democracia y las estrategias de los grupos antiderechos? Pues precisamente tener, como ellos, una estrategia internacional. Una estrategia que ponga en valor las virtudes de la democracia, pero también que profundice en sus valores, ya que a la democracia le hacen falta apellidos. No es suficiente con un sistema que garantice la elección popular, hace falta un sistema que garantice el cumplimiento de los derechos humanos. En democracia no se puede encarcelar a personas sin cumplir el debido proceso, en democracia no se puede expulsar a jueces, fiscales y activistas del país, en democracia no se puede encarcelar por ideas, en democracia la impunidad no puede rondar el 90% y en democracia la libertad de expresión y de manifestación tiene que estar garantizada.

El caso de Guatemala, en el que las propias estructuras gubernamentales están destruyendo las bases del sistema democrático desde dentro, utilizando a jueces y fiscales para realizar un golpe de estado contra el presidente electo en las pasadas elecciones, y en el que la movilización ciudadana ha impedido, hasta el momento, que cumplan con sus objetivos, es un buen ejemplo de los riesgos que corremos y de los retos de la sociedad civil organizada.

En conclusión, la democracia tiene que ser feminista, tiene que poner el cuidado y protección de los individuos y del planeta en el centro de sus decisiones, y los partidos políticos que se postulen a las elecciones tienen que integran las propuestas feministas, defender los derechos humanos y respetar los valores que sustentan una verdadera democracia. Sólo así conseguirán el apoyo del movimiento feminista.

Defendiendo derechos desde la cooperación

    

Agareso también participo en diferentes encuentro y conversatorios sobre dos temas que nos importan como organización y que tenemos incorporados en nuestros proyectos: la lucha por la despenalización del aborto en América Latina y la protección de defensoras de Derechos Humanos. De forma directa en nuestros proyectos de República Dominicana junto al Centro de Investigación para la Acción Femenina y en El Salvador con la Colectiva Feminista por el Desarrollo Local trabajamos para hacer incidencia social y política y en reforzar las estrategias, capacidades y herramientas de los movimientos de mujeres para luchar por sus derechos. Además, este mes de noviembre echamos a caminar un proyecto de acogida temporal de defensoras de derechos humanos en Galicia, junto a nuestras compañeras de SIG y Ecos do Sur, por lo que también acudimos al taller de IM-Defensoras cuya amplia experiencia y visión integral de la protección a defensores y defensoras nos ha sido muy útil.