Paula Palacios es directora y productora de documentales sociales, especializada en el mundo árabe. Su recorrido de más de 15 años en esta profesión alberga 30 títulos, entre los que destaca Cartas mojadas, un documental sobre el recorrido migratorio de África a Europa, producido por Isabel Coixet y nominado al Goya como mejor película documental. Con toda esta experiencia, Paula ha compartido con el alumnado del Seminario de Agareso el mundo de la industria cinematográfica dejando un mensaje claro: sí se puede hacer cine documental y que tenga éxito.

De todos los proyectos que ha llevado, y lleva a cabo, recuerda algunos de ellos con especial cariño por lo que la han marcado a nivel personal y profesional. El primero de la lista fue Mujeres sin pausa, un documental sobre la menopausia grabado en India, Tanzania, Ecuador, Francia y España. Tras un largo proceso de grabación y producción el número de espectadores no fue el que esperaba. Primer aprendizaje: busca bien quién quieres que te financie.

Con New Walls la sensación fue diferente, dice, ya que es el primer largometraje que consiguió hacer con el 100% de financiación que cubría la producción, sin poner dinero de su bolsillo. Mi hermano Alí es otro de los títulos que ha marcado su trayectoria, pues lleva 11 años grabándolo y se ha convertido en parte fundamental de su vida.

Con esta variedad de proyectos y de enfoques, Palacios muestra al alumnado lo importante que es la implicación cuando se trata de cine documental, para así poder transmitir todo aquello que te mueve y que te ha hecho elegir ese tema. “Es tan difícil hacer documental y tan difícil hacerlo social y tan difícil financiarlo, que vale la pena tener claro lo que quieres hacer”, señala la directora.

Una de las partes más complicadas es encontrar financiación o medios que quieran apostar por tu producto. “En esta industria es muy difícil encontrar cadenas de televisión que se interesen por el documental social”, afirma Palacios, destacando Al Jazeera como uno de los que habitualmente se sale de esa regla y se interesa por sus documentales.

Pero, ¿a qué se debe esa falta de interés? Para Palacios está claro: “Falta mucha creatividad, hay un poco de saturación sobre todos los temas y hay que ver el punto de vista desde el que lo quieres tratar. Hay que tratar de no tener pereza mental”.

La directora de cine aprovechó para dar al alumnado ciertas claves para tener en cuenta durante el proceso de creación. Entre ellas, la importancia de operar la cámara, cuidar la parte técnica del material y hacer un dosier detallado que ayude a entender la historia a la perfección.

Como era de esperar, no podía faltar el debate ético de lo que se puede o debe mostrar frente a la cámara. “En documental obviamos muchas cosas que se dan por hecho. Hay que contar con imágenes o voz lo que estás mostrando y el contexto. Que el espectador entienda todo o mucho es importante” y añade que “lo que no se ve, no impacta”. Aún así, matiza que la reflexión debe estar siempre presente sobre la relevancia de estas imágenes.

Paula Palacios, aportó al alumnado del Seminario una sesión entretenida y dinámica, llena de preguntas. Hacia el final de la misma dejó un mensaje de ánimo para motivar a aquellas personas que empiezan en el mundo de lo social: “Que no de vergüenza y no pensemos que el documental social es el hermano pequeño de lo audiovisual”.