El pasado mes de noviembre tuvimos el segundo taller de EpdLab. En él, hablamos de sexismo y roles de género en los medios de comunicación. Año tras año, este taller funciona muy bien porque engancha con su día a día, con su realidad más próxima. Y, año tras año, sacamos las misma conclusiones: las nuevas generaciones mejoran con respeto a la nuestra pero aún queda un camino muy largo por recorrer. Explico las dos conclusiones ahora:

La primera, la que tiene que ver con que esta generación mejora con respecto a nuestra, la sacamos en primer lugar de que saben identificar el machismo o el sexismo. Algo que quizás nuestra generación intuía pero no las de nuestros padres y madres. Además, son capaces de ver y rechazar actitudes machistas en los medios y en su día a día. Porque son quien de verbalizar estas actitudes, de señalar que ningún hombre tiene derecho a decirle a una mujer con quien tiene que andar, que los celos no son una forma de demostrar amor, que las mujeres en la publicidad o en la TV en la mayoría funcionan como reclamo en la mayoría de los casos, etc. No sé vosotros, pero si pensamos en cuando teníamos la misma edad que esta generación (hace poco más de 20 años) no creo que tuviéramos esto tan claro. Y sobre todo, tenemos la seguridad de que nunca se nos había hablado de estos temas en las aulas (ni en las casa, en las calles…). Y aquello que no se nombra no existe. Mini-punto para las nuevas generaciones.

Pero el sexismo forma parte de una estructura. Un sistema patriarcal fuerte, arraigado y poderoso. Un sistema que privilegia al 50% de la sociedad y que también está representado en las aulas. No es de extrañar, por tanto, que esta sesión enganche mucho más a ellas que a ellos. Que las respuestas que cité en el anterior párrafo sean más habituales en las chicas que en los chicos. Y si los (futuros) hombres  no se sienten interpelados y naturalizan, por ejemplo, el hecho de que un cantante aparezca rodeado de 15 jóvenes, queda mucho por hacer. Otra dificultad, quizás más compleja, está en la capacidad del propio sistema para apropiarse de los conceptos y robarles el significado. Hubo debates (cómo todos los años) muy interesantes sobre el vestido de Cristina Pedroche, “que es feminista porque es su libertad”, algo sobre lo que reflexionaba muy acertadamente Cristina Domínguez.

Como comenzaba diciendo, este taller siempre es muy interesante por la implicación que consigue en todo lo alumnado. Por eso no queremos quedarnos solo con el camino que queda por recorrer sino también con el que ya hemos recorrido. Y que mejor que ver los trabajos que hicieron en el aula, ¡que los disfrutéis!