Podemos asegurar, sin duda, que la de ayer fue una de la sesiones más extrañas de toda la historia del Seminario de Comunicación Social y Cooperación Internacional que organizamos, un año más, junto con Asemblea de Cooperación por la Paz, dentro del proyecto Escolas sen Racismo. A partir de ahora el hecho que hizo anómala la charla será la tónica dominante. Debido al Estado de Alarma decretado por la epidemia de Covid-19, las ponencias se realizan desde ayer por videoconferencia. Supone una incomodidad, pero es la salida más factible para que el alumnado pueda seguir formándose a pesar de las circunstancias excepcionales en las que nos encontramos. La sesión de hoy, tercera de esta décima edición, la protagonizó Lucía Mbomio, periodista, que habló de la representación de las personas negras en los medios de comunicación.

La charla encontró su grueso en la explicación de la visión que periodismo europeo tiene sobre las personas negras. “Parece que “Subsaharia” sólo es una, cuando las realidades de Costa de Marfil y de Nigeria son totalmente diferentes”. De este modo Mbomio denunció la eliminación de las personalidades individuales, algo que remarcó haciendo hincapié en un ejemplo muy visual: “Cuando vemos esas fotos de los migrantes en la patera vemos las cabecitas… Pero no se ve nada más allá de la masa”. Para los medios, en palabras de Mbomio, “un negro solo sale cuando representa algo excepcional”.

El racismo se acentúa cuando la mujer es el sujeto. El machismo se hace todavía más evidente. A través de ejemplos cercanos y cotidianos, algunos incluso protagonizados por ella, Lucía Mbomio descubrió al alumnado una realidad que está pasando actualmente. “¿Por qué los medios quieren mostrar una sociedad que es mentira? No es admisible que en ellos solo aparezca la mujer negra si está hipersexualizada”. Y ya no sólo con la hipersexualización: “Parece que los negros tienen su cajón laboral y social, parece que sólo puedes destacar en el deporte o en el mundo de la música”.

La ponente comentó también, de manera perfectamente combinada con los ejemplos y manteniendo el tono cercano y alegre, otros conceptos un poco más concretos y que el alumnado debería conocer. Por ejemplo el “inmigracionalismo”, o cuando el sensacionalismo se encuentra con la inmigración, sobre el que Mbomio comentó que “jamás nos cuentan nada de países del sur global y cuando lo hacen sirve para afianzar todavía más ciertos tópicos y exagerarlos”. Otro concepto, desconocido para muchos, fue la diversidad asociada a la modernidad, que Mbomio explicó en una frase con su propio ejemplo: “yo no soy moderna por ser negra”. Se comentó también la revictimización, ilustrada a través de una foto en la que una voluntaria de la Cruz Roja sostenía a un hombre negro al más puro estilo de la Piedad de Miguel Ángel. “Para mi, este tipo de imágenes revictimizan, pues anulan a la persona, que pasa a ser vista sólo como una víctima, como un sufridor cuya única cualidad es atravesar penalidades pero sin contexto ninguno que explique su situación”. 

Salieron otros muchos temas, también fallos que cometen los periodistas a priori “comprometidos”, y que sirvieron para poner algunas ideas del alumnado en cuestión. Fueron tratados debates sobre tópicos, sobre romantización de la pobreza, sobre el papel del salvador blanco, sobre tratar como héroes a los protagonistas para que puedan salir en la pieza periodísticas… Todo ello con ejemplos, desde las fotos de la influencer Dulceida y las gafas que regaló a unos niños hasta el caso del ginecólogo congoleño Denis Mukwege.

En la parte final del la ponencia, Mbomio recurrió a la ética periodística para denunciar la falta de rigor a la hora de tratar a las personas negras en los medios de comunicación. “No existe un libro de estilo en prácticamente ningún medio, lo que hay es un gran desconocimiento sobre el tratamiento adecuado”. Mbomio dio pinceladas sobre numerosos temas, como que las personas negras no sólo opinan de racismo, opinan sobre todo; o que el periodismo no se puede quedar sólo con la anécdota de la persona negra, sino que tiene que contar la vida de la persona con los fines y el tratamiento adecuados.