Se cerró, un año más y ya van diez, el Seminario de Comunicación Social y Cooperación Internacional. Como viene siendo habitual, la encargada de hacerlo fue Llerena Perozo, que centró su ponencia en un tema clave y que, aunque estuviera ya presente de una forma u otra en todas las charlas, merecía una sesión completa para recibir el análisis en profundidad que merece. Hablamos del Feminismo.

La invitada comenzó comentando los pocos años que las mujeres dispusieron del co-protagonismo en la historia humana reconocida. Con ese comienzo, Perozo repasó el momento actual del feminismo, un panorama con un peligro bien grande, según señaló, pues “este boom feminista que estamos viviendo puede ser la muerte por éxito del movimiento”, a lo que rápidamente añadió que quedaba mucho trabajo y mucha lucha que librar hasta lograr una sociedad igualitaria.

Perozo basó su tertulia en hablar de mujeres, en aportar referentes para el alumnado del Seminario. Para eso, organizó un ejercicio en el que su auditorio se dio cuenta de que, efectivamente, no conocía la muchas de las grandes mujeres gallegas del ámbito científico, político, periodístico o cultural. El ejercicio dio lugar a una tertulia en la que salieron voces de todo tipo, conversaciones sobre mujeres, sobre fantásticas figuras olvidadas por la historia patriarcal que originaron con sus biografías el presente de la Galicia actual.

“Si tú naces esclava, crecerás esclava y educarás desde la idea de la esclavitud, porque tienes miedo a dejar de ser esclava”, dijo la ponente, cambiando la temática. Las mujeres que crecen en el sistema patriarcal lo hacen dentro de las estructuras que este marca, siguiendo sus lógicas, pues “el feminismo no es cosa de mujeres, es una cuestión social”. “Si ponemos solo en las mujeres el trabajo de cambiar las cosas estamos cayendo en un error, pues si convertimos a las víctimas del sistema en también las únicas responsables del cambio, iremos muy lentas”, expuso Perozo, haciendo alusión a que los que deben variar sus comportamientos en sociedad son los hombres. Y estos, por supuesto, lo pueden hacer sin que las mujeres se lo exijan.

La ponente aprovechó los últimos minutos de su charla en mostrar un relato más a fondo de la historia del feminismo, en los diferentes momentos de su historia y a través de diferentes países y contextos. De esa manera fue capaz de explicar las muchas variantes que este movimiento tiene, haciendo un alegato por la que considera ser la rama más próxima a ella, la denominada ecofeminista.

Finalizó la sesión, antes de abrir el debate aún más, reivindicando la necesidad del pensamiento crítico para todas las facetas del pensamiento. “Los seres humanos no podemos ser objetivos, para tener un pensamiento crítico es clave conocer las ideas que nos preceden, que nos hicieron llegar hasta aquí… No podemos seguir los debates sin un previo conocimiento de ellos, podemos caer en la gresca y eso sería muy malo para la evolución de todo tipo de movimiento”.