La Casa de la Cultura de Burela acoge este domingo, día 18 de deciembre, a las 18h, el estreno del documental Si ka badu, ka ta biradu (Si no te vas, no puedes volver), en una proyección con coloquio posterior que contará con la participación del equipo del film y de parte de sus protagonistas. El acceso será libre y grauito.

El documental Si ka badu, ka ta biradu explica que Cabo Verde es un pequeño archipiélago formado por diez islas de origen volcánica y clima árido situado a unos 500 kilómetros de la costa africana, a la altura de Senegal. Cabo Verde fue colonia de Portugal hasta 1975. El imperio colonial portugués hizo uso de la esclavitud de distintos grupos étnicos africanos para habitar esta tierra, sujeta la sequías periódicas que imposibilitan la agricultura y han provocado, al otro lado de millares de muertes, la necesidad de migrar. Desde finales del s. XVII, partió de las islas una corriente migratória imparable que desparramó las familias cabo-verdianas por diversos estados y continentes. Se estima que la población de origen caboverdiana desparramada por el mundo supera en más del doble a la residente en las islas. De esta diáspora me la fuere parte a comunidad procedente de pequeñas localidades de la costa ocidental de la isla de Santiago que desde 1978 se fue asentando en la localidad gallega de Burela.

Aunque existe una grande diversidad de tipos de familia y de proyectos migratorios, todos ellos están atravesados por el desigual reparto de los trabajos. Desde finales de los 70 hasta el año 2000 los hombres fueron los escogidos en los hogares para migrar, mientras las mujeres sólo pudieron hacerlo cuando el marido las reagrupaba. Ellas no tenían permiso para trabajar fuera de forma legal, lo que llevó la muchas a hacerlo de forma irregular, sin derechos. Con unos maridos ausentes, trabajando en la pesca de altura, su trabajo dentro y fuera de las casas fue fundamental para que las familias pudieran crecer y prosperar. En Burela y en Cabo Verde. En ambos lugares los cuidados de mayores y de las crianzas en las familias acaban implicando la muchas mujeres, tejiendo así una malla precaria de sostenimiento de la vida que reposa sobre su trabajo gratuito.

Entre 1998 y 2011, la comunidad caboverdiana en Burela cuadruplicouse. Llegaron muchos marineros acompañados por sus familias y, también, algunas mujeres solas, con su propio permiso de trabajo. Las condiciones de llegada mejoraron un poco, al contar con el acogimiento de familias asentadas en la localidad. El que no varió fue la ausencia masculina en las labores de los cuidados, dentro o fuera de las casas, remunerados o no.

A principios de este siglo XXI, en Burela, como en otras villas gallegas, comenzó a haber una demanda creciente de trabajadoras migrantes para cuidar a personas dependientes, ya que en la sociedad gallega apenas existen recursos públicos ni reparto igualitario de estos cuidados. Así, muchas mujeres caboverdianas comenzaron a trabajar cuidando de personas mayores o crianzas de sus vecinos y vecinas de Burela, mientras otras mujeres de sus familias quedan en Cabo Verde al cuidado de las crianzas de las migrantes y de sus mayores, sean madre, padre, suegra o suegro, dependiendo de la configuración familiar. ES lo que se ha llamado ?la cadena global de los cuidados?, determinada también por las relaciones desiguales Norte/Sur. El documental muestra, así, como tanto en origen como en destino se produce una división del trabajo que atribue a las mujeres el ámbito de los cuidados, a veces de manera remunerada y otras no.

Si ka badu, ka ta biradu retrata, también, la voluntad de ayudar la quien quedó atrás que tienen las mujeres migrantes. Las remesas, el dinero que las y los emigrantes envían sus familias, suponen cada año más 10% del Producto Interior Bruto de Cabo Verde (en 2021 se estima que llegó al 19%). Pero hay mucho más. Los encargos son un vínculo fundamental entre la diáspora caboverdiana y el archipiélago. Son maletas que vuelan llenas de Galicia a Cabo Verde y que regresan aún más llenas de Cabo Verde a Galicia. El documental muestra como, a través de ellas, viajan también los afectos por la geografía de la diáspora caboverdiana, y sostienen familias que siguen en contacto a pesar de los años separadas.

El documental parte de la investigación desarrollada por Antía Pérez Caramés, Luzia Oca González, Belén Fernández Suárez, Keina Espiñeira González e Iria Vázquez Silva, entre septiembre de 2021 y mayo de 2023, en el marco del proyecto de investigación “Familias caboverdianas en Galicia. Impacto para o desenvolvemento da transnacionalización dos coidados e das remesas”, financiado por la Xunta de Galicia a través de la convocatoria de Investigación para o Desenvolvemento 2021. Tenéis más información sobre el equipo y su trabajo en este link.