Ayer, 3 de marzo, dio comienzo el XI Seminario de Comunicación Social y Cooperación Internacional que AGARESO lleva a cabo de la mano de Asamblea de Cooperación por la Paz(ACPP). Si el año pasado el contexto pandémico obligó a realizar casi todo el Seminario solo por videoconferencia, este año la gran novedad es la combinación entre la presencialidad y la emisión en streaming. De este modo se da la posibilidad de que alumnas y alumnos pueda seguir las sesiones también desde sus casas.

El decano de la facultad, Jose Ramón Pousa, dio la bienvenida a esta nueva edición. Rocío Cadahía, presidenta de AGARESO, continuó con la presentación explicando las líneas en las que trabaja AGARESO utilizando diferentes herramientas comunicativas, y de la gran importancia que estas tienen para incidir en la justicia social. Raquel López, representando a la Asamblea de Cooperación por la Paz, destacó que la comunicación “puede tener una labor de altavoz de realidades que de otra manera estarían silenciadas”. Antonio Grunfeld, miembro de AGARESO y quien coordina el Seminario, acercó los contenidos de este e introdujo a las personas invitadas este año. La primera parte de esta jornada terminó con la visualización del corto documental Tras la Valla, realizado por exestudiantes del Seminario en su viaje a Marruecos, y que fue presentado por uno de ellos, Andrés Vázquez.

El tema del día fueron las radios comunitarias, para lo que se contó con un experto en el tema: Juan de Sola. Además de ser ideólogo y fundador de AGARESO, es un periodista especializado en los Derechos Humanos y en la comunicación para el desarrollo. “La radio comunitaria es un canal que se pone al servicio de un proyecto social, o de una comunidad”, introdujo Juan de Sola. Echó una mirada a América Latina para dar a conocer a la Asociación Mundial de Radios Comunitarias de América Latina e o Caribe (AMARC ALC). Destacó positivamente la visión en red con la que allí se trabaja, y que se sostiene por tres motivos: por la comprensión de que así se puede ejercer una mayor fuerza para cualquier presión política; para poder compartir recursos; y por la existencia de una cultura comunitaria que se sigue conservando. “Al final, los problemas como sociedad, se resuelven en colectivo”.

La palestra continuó a través de una videoconferencia grupal, a la que estaban conectadas y conectados Óscar Pérez, coordinador regional de AMARC ALC desde San Salvador; Mónica Valdés, vicepresidenta de AMARC desde Bogotá; y Manuel Vicente, uno de los fundadores de Radio Jornalera desde Pasadena.

“Las radios comunitarias vivieron lo que las personas vivieron y sufrieron. Las radios comunitarias son parte de las comunidades, responden a sus necesidades y sufren sus problemáticas”. Óscar Pérez relataba así de qué manera las radios comuntiarias se vieron afectadas por la pandemia del COVID, y la necesaria función que cumplieron y cumplen en este contexto. Por ejemplo, desarrollando campañas de información para enfrentar el virus y la cuarentena, o desmintiendo falacias en torno a esto. Pero también denunciando la poca transparencia de los estados sobre el gasto público, o la violación de Derechos Humanos aprovechando esta coyuntura. “La radio comunitaria no solo informa, busca también desarrollar procesos de comunicación”.

Mónica Valdés llevó a cabo una presentación sobre el movimiento feminista y la radio comunitaria en América Latina y el Caribe. Según la vicepresidenta de AMARC, existen grandes focos territoriales que se están preocupando tanto por generar contenidos en las radios comunitarias que incluyan problemáticas y temas de interés para las mujeres y la comunidad LGTBI; como por implicarse transversalmente en el medio y la sociedad. Sin esto último, no puede ser transformador. Parafraseando las conclusiones del Encuentro de Radialistas Feministas de Argentina que se celebró en Mar de Plata, Mónica Valdés expresó enérgicamente que “los feminismos tienen que sonar”. Esto implica no solo a la locución, sino a todos los roles.

La experiencia que cerró la jornada de ayer fue la de Radio Jornalera. Salió a la luz el 1 de mayo de 2018, con la intención de crear una red de medios de comunicación jornaleros para trabajadoras y trabajadores migrantes que llegan a EEUU, aunque también se involucran en otras luchas. Su lema es una declaración de intenciones: “desde abajo se defiende a todo mundo”. Manuel Vicente explicó que esta iniciativa nació de la necesidad de tener un espacio y una red para las personas migrantes, quien se ven expuestas a muchos abusos por parte de los empleadores, así como a ser objeto de discursos de odio. “Cuando la comunidad se organiza puede generar cambios, y cuando está informada tiene otras herramientas”, expresó Manuel Vicente.