Bulos, rumores, fake news…. podemos ponerle el nombre que queramos pero responden a la misma idea, a la de deformar las realidad con la intención de reforzar unas ideologías. Como dijo una estudiante en el IES del Milladoiro, “las fake news son las noticias falsas que comparten las personas más favorecidas contra aquellos más desfavorecidos para mantenerse en la misma posición”. En gran medida es así, son noticias falsas que en la mayoría de los casos se dirigen a la construir un discurso que refuerce la posición dominante de las clases dominantes. Por eso muchas de estas noticias falsas tienen como objetivo a las personas migrantes, refugiadas, los feminismos… y porque siempre es más cómodo creer en una realidad donde el responsable es el “otro” que responsabilizarnos a nosotros mismos.
¿Cómo pueden pasar por verdaderas las noticias falsas? En primer lugar porque imitan las formas de los medios de comunicación tradicionales ya que incluyen citas (falsas), datos (falsos) y todo sumado aporta veracidad, esto es, aparentan ser verdad. De ahí que comencemos la sesión con un juego en el que al alumnado le dábamos varias noticias y tenían que distinguir si eran verdaderas o falsas. En la mayoría de los casos no acertaron todas pero, por primera vez en los 4 años que llevamos con el proyecto, por lo menos un grupo de cada uno de los centros acertó todas. ¿Casualidad o mejoras en la lectura crítica del alumnado?
Esas primeras noticias eran “inocentes”, varias de ellas sacadas de “Él Mundo Today”. Pero, ¿qué pasa cuando detrás de una noticia falsa no hay intención de hacer reír sino de señalar a un colectivo y difundir un discurso de odio? La segunda parte la comenzamos con una imagen que circuló en redes hace un año. ¿Puede una imagen, siendo real, fomentar el odio cara otras razas o culturas? Claro que sí. En este punto, “Maldito Bulo” y este pequeño vídeo de su canal de Youtube fueron de mucha ayuda en el aula para fomentar el debate. Interesante ver como el alumnado tenía muy claro que todo esto pasaba (1) para ganar dinero a través del clickbait y (2) porque quieren que pensemos de una forma determinada.
Esta última razón hace que el discurso de odio esté muy presente en la sociedad y llegue las aulas. Sino, no se explica que en una clase de un centro rural en Galicia donde la presencia de la inmigración es mínima (2 chicos inmigrantes en un aula de 27), un chico diga “es que esto de la inmigración es una invasión”. Uno de los mantras de las Fake News sobrevolando el aula. Pero lo positivo es que hablamos un poco y el alumno decidió buscar en su móvil un poco de información. Y, ¡oh, sorpresa! el mismo estudiante, 5 minutos después, dijo: “Pues no hay tantos. Yo pensaba que eran más…”.
Porque la diferencia entre nuestra percepción y la realidad es otra de las claves. Si mediante las bulos, rumores, fakenews…. podemos ponerle el nombre que queramos, conseguimos que la sociedad tenga una percepción de la realidad, esa percepción va a determinar sus ideas y conductas. Por eso son tan relevantes iniciativas como Stop Rumores que aportan datos y recursos para ser empleados de manera sencilla y directa. Con estos datos trabajamos en la parte final de la sesión para hacer vídeos contra los rumores. Porque si la desinformación es un arma, la información tiene que ser la respuesta.