Un equipo de Agareso conformado por el profesor y documentalista Xes Chapela y la coordinadora técnica de la organización, Lorena Seijo, se desplazaron a República Dominicana para realizar formaciones sobre audiovisual e igualdad de género para estudiantes de la escuela pública del batey Monte Cristi.

Los bateyes son comunidades creadas alrededor de los ingenios azucareros para que los cortadores de caña, gran parte de ellos de ascendencia haitiana, estuvieran lo más cerca posible de sus puestos de trabajo. Pero la cercanía no parece suficiente cuando no se tiene acceso a lo más básico como salud, educación, vivienda y saneamiento. Debido a que en estas comunidades no se estaban respetando los derechos humanos de sus habitantes, nuestra contraparte local el Instituto de Acción Comunitaria (IDAC) y nuestra socia en Galicia Asemblea de Cooperación pola Paz (ACPP) comenzaron a intervenir con proyectos de cooperación para facilitar el acceso a estos servicios mínimos y para potenciar la organización comunitaria. El objetivo principal es generar las condiciones y capacidades necesarias para que la propia población desfavorecida pueda pelear sus derechos y contribuir a su desarrollo.

Este 2017 Agareso entró a formar parte del proyecto de desarrollo de vivienda digna e igualdad de género financiado por Cooperación Galega y realizado en el municipio de San Pedro Macorís, pero con un objetivo más transversal de sensibilización e incidencia a través de talleres de educomunicación y el fortalecimiento de las emisoras comunitarias.

La situación de violencia machista en República Dominicana es grave y las campañas de sensibilización muy escasas, además de que el propio Estado está muy lejos de poder garantizar la seguridad de las mujeres en el proceso de denuncia de una agresión. Este año más de 200 mujeres han sido asesinadas por sus parejas.

El 13 de noviembre llegamos al país para llevar a cabo la primera fase, y dejar organizada la segunda, en la que se formará en radio y género a jóvenes del Liceo de Ramón Santana, y se creará un equipo para desarrollar programas de radio en el Centro Tecnológico Comunitario.

Durante 5 intensos días de formación compartimos reflexiones, debates, conocimiento y experiencias con un grupo de 40 chicos y chicas de la escuela Monte Cristi, de 12 a 16 años, que cursan los últimos años de formación obligatoria.

La primera jornada de formación estuvo basada en desmontar prejuicios de género, en reflexionar sobre la realidad de las y los adolescentes del batey, y en conocer mejor las aspiraciones y sueños de nuestro alumnado. Durante la segunda jornada descubrimos cuáles son las expresiones más habituales del machismo, desde la falta de respecto, el control, la cosificación de la mujer hasta la más evidente que es la violencia de género. Una vez identificado el machismo, pasamos a hablar de feminismo y de las alternativas que todas y todos tenemos para combatir la desigualdad de género, tanto en nuestras propias relaciones personales como en nuestra escuela o nuestro barrio.

En la tercera sesión descubrimos que, aunque mucha de la música que escuchamos y bailamos tiene claras expresiones machistas, es posible encontrar cantantes y grupos feministas latinoamericanos. Escuchamos letras de rap y reguetón feministas, las bailamos y nos pusimos a componer nuestras propias letras. Durante el fin de semana, los chicos y las chicas divididos en grupos de trabajo, crearon sus propias composiciones para sus videoclips y cortometrajes.

En la cuarta sesión tocó el turno del rodaje, la parte más emocionante. Ensayos, cambios de ropa, elección de localizaciones… todo un revuelo para el centro educativo. Aunque el espacio y las condiciones técnicas eran limitadas, todos y todas consiguieron grabar sus piezas en tiempo récord.

Una vez ya tuvieron grabados sus vídeos, el profesorado realizó el montaje, y ellos se prepararon para verse en la pantalla grande frente al resto de sus compañeros y compañeras. Se avergonzaron, se emocionaron, se enorgullecieron… oyéndose, viéndose y, finalmente, convenciéndose de que también ellas y ellos tienen mucho que aportar a la lucha, aunque a veces las grandes dificultades que afrontan en su día a día les haga creer que soñar y pelear por lo que quieren no merece la pena.

Nosotros nos fuimos, pero la historia sigue, y el profesorado del centro tiene entre sus tareas pendientes organizar una presentación de los trabajos para los padres y madres del batey, para que el mensaje del alumnado trascienda las aulas.